viernes, 26 de agosto de 2011

CONTAMINACIÓN SONORA, ORIGEN DE MALES NERVIOSOS

Iquitos, ciudad hermosa por su naturaleza, pero aturdida por la contaminación, y en los últimos años con la adquisición masiva de motocarros estamos en una de las ciudades más ruidosas del país, por lo que la contaminación sonora en nuestra ciudad afecta a todos, y más aún a los que estudiamos en la zona céntrica.
Los conductores de vehículos, sobretodo los motocarristas, son personas con ausencia total de conciencia ambiental por el gran daño que ocasionan, quitándole la tranquilidad a las calles que antaño poseíamos. El exceso de ruido provoca molestias, no deja descansar, ni concentrarse en una labor o tarea, además ya se comprobó científicamente que altera el sistema nervioso, produciendo en las personas alteraciones de índole emocional o psicológico, también otras enfermedades al oído y la migraña.
Se han dado iniciativas para concientizar a la población de Iquitos para poner un alto al exceso de ruido que sobrepasan los niveles permitidos en la escala de decibeles; las autoridades deben mantener en vigencia estas iniciativas sean de donde surjan, deben recibir el apoyo que esperan, una tarea nada fácil, pero no imposible de lograr un cambio de actitud en los conductores de vehículos para gozar de una ciudad armónica y pacífica, en la que todos y todas disfrutemos de nuestro derecho de vivir en un lugar que nos ofrece tranquilidad.
Una región productiva, lema de un candidato aspirante al gobierno regional, olvida que una región productiva no sólo surge en base a sus actividades económicas, sino también al trabajo efectivo que realicen sus habitantes como consecuencia de una vida tranquila sin alteraciones en su curso normal, como lo puede provocar la contaminación sonora. Además de estas campañas, las autoridades municipales y policiales deben hacer cumplir los reglamentos de tránsito para evitar estos abusos por los conductores de vehículos.
Es importante señalar que la contaminación sonora no sólo es provocada por el fastidioso sonido de los vehículos, sino también por los parlantes con volumen exorbitante en parrilladas, polladas, cecinadas y otros similares , que han ocasionado el malestar general de los vecinos, incluso con denuncias en la prensa, pero lamentablemente esa situación no ha cambiado en nada, pues cada fin de semana en las diversas calles de mi querido Iquitos, la humareda y ritmos en alto volumen son lo usual, ¿qué hacer? Allí está una tarea para nuestras autoridades para controlar y fiscalizar estos eventos. En fin, un difícil reto para todos pero que gota a gota se puede lograr ese ansiado cambio de pensamiento y actitud frente a los demás y a lo que nos rodea.
Estudiante Flavia Débora Vega Bardales
Estudiante “S.C”

No hay comentarios:

Publicar un comentario